SAN LUIS ACATLÁN, GUERRERO.— Ella posa sus manos sobre ese vientre voluptuoso y lo toca apenas. Palpa esa redondez y le traza una cruz que lo divide en cuatro, mientras murmura estas palabras: “Protégelos. Dales fuerza para su camino, que lleguen bien en su parto. Niño dame permiso de revisarte que todo esté bien». Ella, Hermelinda Roque García, reza y posa sus manos como mariposas sobre el vientre de Sonia que espera a su segundo…
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San Salvador Atenco, Estado de México. En lo alto del cerro Tepetzingo, donde se encuentran algunos antiguos grabados de origen prehispánico, el viento refresca el clima. Desde la altura, donde abundan nopales, flores y plantas silvestres, se divisan varios horizontes hacia donde se quiera mirar: la ciudad de México, Texcoco, Ecatepec, Coacalco, los cerros de Iztapalapa y con el ambiente limpio, hasta los edificios de Santa Fe. El sonido cotidiano del campo y el viento se corta a momentos por el paso de los aviones provenientes de las actuales terminales aéreas.
Martha Pérez Pineda, ejidataria e integrante del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT), recapitula las maniobras del gobierno en la etapa posterior a la excarcelación de los activistas presos desde mayo de 2006 hasta 2010.
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Santiago de Anaya, Hidalgo. El paisaje luce gris en El Palmar, comunidad hnä hñü (otomí) de Santiago de Anaya. Cuando Venancia Cruz Dominguez describe la vida cotidiana aquí, una palabra es recurrente en su testimonio: tristeza.
Afuera de su domicilio, a menos de 5 kilómetros de distancia de la Cementera Fortaleza, se escucha constante el paso de vehículos pesados. El aire y la lluvia limpiaron un poco el ambiente, aunque dice Venancia, normalmente en sus mezquites, magueyes y biznagas se encuentra un fino polvo grisáceo.
A simple vista, alrededor de la Fortaleza solo hay polvo, postes y mucho cemento. Eso sí, un pequeño invernadero con cactáceas presume ‘área protegida’ con logotipos institucionales de las autoridades ambientales.
Sin embargo, los integrantes del Movimiento Indígena de Santiago de Anaya han hecho de esa tristeza un impulso para luchar contra el gigante gris, la cementera Fortaleza, activa desde 2013.
Comentarios cerradosUna autopista podría atravesar el Gran Bosque de Agua, en los límites del poniente del Distrito Federal con el Estado de México. Este bosque, uno de los últimos proveedores de agua y aire puro en la zona conurbada, será cortado por la autopista Toluca- Naucalpan, concesionada a la constructora Teya (filial de Grupo Higa) y promovida como “autopista verde”. El pasado 9 de julio, la presidencia de la República publicó un decreto de expropiación en el Diario Oficial de la Federación para abrir paso, “legalmente”, a las obras de construcción de la carretera.
En respuesta, el Frente de Pueblos Indígenas en Defensa de la Madre Tierra mantiene un campamento de resistencia en uno de los terrenos expropiados. El paso de maquinaria está bloqueado, temporalmente, por pequeñas barricadas de piedra y troncos. La herida en la tierra roja dejada por el paso previo de trascavos está cubierta en algunos puntos con cemento y una vena de agua que antes fue un pozo comunitario, se encharca. Los otomíes tienen prohibido ingresar en los terrenos, por lo que hay preocupación por posibles represalias.
El clima es frío por la altura aunque los niños parecen despreocupados y corren cubiertos con ropa delgada. Aun de mediodía, hay aguanieve bajo algunos magueyes. Algunos activistas limpian el campamento mientras otros reparan las fugas en la lona usada como techo y otros apoyan en la cocina o lavan trastes.
Comentarios cerradosEL MAYOR, BAJA CALIFORNIA.– En su lengua, Cucapá significa “gente del río” o “los que vienen y van donde va el río”. Durante más de 500 años, los integrantes de este pueblo amerindio han habitado las márgenes del delta del río Colorado, en el Valle de Mexicali, donde comienza la península mexicana de Baja California. Son pescadores y artesanos. Los une la familia, la pesca, los kurikuri (rituales) y las ceremonias fúnebres. Y ahora, además,…
Comentarios cerradosLa pelea de tigres, primero en Acatlán, Chilapa, y mas tarde en Zitlala, estado de Guerrero, es un ritual de los pueblos nahuas para pedir la lluvia. La creencia es que mientras más peleas haya, mejores lluvias habrá para el campo. La pelea en sí, es una ofrenda a la tierra.
Comentarios cerradosNo lográbamos entendernos en palabra hablada, pero nos comunicamos por medio de imágenes. Ésta es la mirada de niños me’phaa de la variante lingûística bátháá en la comunidad de Juanacatlán, Metlatónoc, mientras trabajaba la historia «La tierra estéril«.
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Maurilia was not strong enough to walk and spoke a disjointed speech between spanish and tu’un savi (mixtec indigenous language) while she was biting her fingers. She seemed to have lost the notion about time and space. She was born in november 12th, 1982, with the help of a midwife and studied until middle school, leaving studies to help her mother and her brother with the farm work.
In 2002, at 19 years old, she started suffering strong headaches and coughing up of blood. She later started to hallucinate and stopped eating. In 2003, her health had deteriorated. She was not attended by a medic, because there are no services avaible in her community. But her mother tried everything she could, even sold a plot of land to raise some money to for medicine. Her brother, migrant day laborer, spents almost all his time working in the north of the country and earns only enough for the everyday life.
Comentarios cerradosMaurilia no tiene fuerzas para caminar, habla palabras inconexas entre el español y el tu’un savi (mixteco) y parece no tener noción de tiempo y espacio. Se muerde los dedos y parece contener un llanto reprimido.
Maurilia nació el 12 de noviembre de 1982 en su casa, con la ayuda de una partera. Su infancia transcurrió sin problemas aparentes de salud. Cursó hasta el segundo grado de primaria, por carencia de recursos para seguir estudiando, y continuó apoyando a su madre y su hermano en las labores del campo, además de pastorear los chivos.
En el año 2002, con 19 años de edad, comenzó a sufrir de fuertes dolores de cabeza y vómitos frecuentes con sangre. No fue atendida, pues en la comunidad no hay algún médico al cual acudir.
Comentarios cerradosExposición «Mujeres campesinas, mujeres indígenas, defensoras ignoradas», jueves 14 de marzo, 18 hrs, Sótano del edificio S de la Universidad Iberoamericana. Fotógrafos: Karla H. Mares, Enrique Carrasco Sj, Ricardo Ramírez Arriola, Prometeo Lucero.
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The roots of the Community Police (PC) are found in the roads from La Montaña and the Costa Chica of Guerrero, southern state of Mexico in 1996, both regions, conformed from indigenous and mestizo people organized with shotguns and guns used for hunting in the mountains, who started to patrol the roads and communities.
P’urépecha indigenous peoples celebrate the Fuego Nuevo (New Fire) in Nahuatzen, located in the mountain forests of Michoacan. Since April 2012, P’urépecha communities such as Nurio, Cherán, and Urapicho have organized communal guards to protect their communities against attacks from loggers and organized crime. These communities claim a right to autonomy and self-organization, rejecting the forms of authority imposed upon them by government programs / Comunidades p’urépecha celebran el Fuego Nuevo en Nahuatzen, localizado en…
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